lunes, 19 de noviembre de 2012

Lectura critica



Es un género periodístico cuyo objetivo es valorar y  enjuiciar.
El fascismo en América
Es indudable que América latinas exista una vieja tradición de gobierno de sátrapas que han mantenido su poder mediante toda clase de arbitrariedad.
Dictaduras unipersonales impuestas por las soldadescas y por carisma o el maquiavelismo de un caudillo. Regímenes sanguinarios  sin otra ley que la fuerza bruta, que han pisoteado a su antojo las constituciones y los derechos más elementales del ciudadano.

Tiranizas de esta índole, en sus variantes  conservadoras o ilustradas, duradera o efímera, marcaron el siglo XIX en la mayoría de las naciones latinoamericanas. Si bien en algunos países han ido desapareciendo bajo el empuje del progreso, de un creciente desarrollo capitalista y de las ideas liberales y democráticas, en otros, todavía a principios del siglo XIX, constituían la forma mas eficaz de defensa del caduco ordenamiento sociopolítico y de los intereses de una oligarquía agroexportadora esclerosada y parasitaria, incapaz de dar el paso histórico hacia la condición burguesa dependiente.

Asimismo, mantenían en la más profunda miseria y desesperación a la masa del pueblo, carente de tierras y sin posibilidad de acceder a un empleo industrial debido al raquitismo de la industria. Una sociedad disgregada sin resortes en la cual la crisis  en la cual la crisis del 29 tuvo un impacto particularmente devastador que hundió en una mísera mayor a la población y proletarizo a amplios sectores medios y campesinos sin ofrecerles un trabajo efectivo. Mientras tanto la expansión del imperialismo hacia otros países menores situados en mediterráneo de América, es decir, en el golfo de México, comenzaba a reorganizar el espacio nacional y de geografía económica de los mismos. Esta expansión, tomando la forma de la diplomacia del dólar o del intervencionismo militar, conllevo la constitución de modernos enclaves agrícolas destinados a promover la economía de plantación, según los requerimientos de la nueva división internacional del trabajo impuesta por el mercado capitalista mundial.
Las fuerzas de dominación del imperialismo no solo actuaron en el orden económico y financiero mediante inversiones, prestamos y dominio del comercio exterior si no también, y principalmente, sobre el aspecto del estado, a atreves de presiones diplomáticas directas o mediante las instituciones panamericanas y de asistencia militar, que incluía la entrega de armamentos modernos. Tales métodos, a partir de la política de Nuevo Tratado de Presidente Roosevelt, tuvieron tantos efectos o más que los medios coactivos del Gran Garrote.
Fue así como se dio la alianza y la coincidencia de intereses entre el aparato de poder interno y el de dominación externa, entre la oligarquía y el imperialismo. Las fuerzas de poder local se pusieron al servicio de las foráneas y empezaron a sacar provecho de los sofisticados medios de supeditación ideológica,    control político, represión militar y policiaca que, para reforzar su dominio, los estados unidos habían puesto a la disposición de aquellos. 
Todos estos gobiernos, con diferencia de matices, han reunido características que los sitúan en la categoría de fascismo primario que intentamos dibujar; entre estas cabe destacar.

11.-La crisis interna de la sociedad y del sistema sociopolítico imperante que hace necesaria la imposición hegemónica de de una fracción de las clases dominantes, la que, para mantener el orden caduco, se aferra al poder mediante violencia.

22.-  La penetración y el dominio omnímodo del capitalismo monopolista de estado logrado a través de la embajada yanqui, de los consorcios de altas finanzas y de las esferas empresariales, que se fincan sólidamente en los dinámicos sectores de la banca, las plantaciones y los ferrocarriles. 

33.- La emergencia de una nueva élite gobernante en la que resulta sumamente activa la participación de elementos procedentes de los sectores medios (militares, principalmente, y civiles) quienes por una parte, quieren sustituir a la vieja oligarquía y desempeñar sus funciones de poder y, por otra ejercitan con el máximo rigor elitista, unidos a veces con acentos populistas, la función de opresores de las masa populares.

44.-El uso sistemático del terror como instrumento de poder; terror ejercido mediante arrestos arbitrarios torturas y asesinatos realizados por Guardias Nacionales, equipadas con los más avanzados instrumentos represivos empleados por el ejército y la política norteamericana.  
  
55.- El total conocimiento de los preceptos constitucionales que norman el funcionamiento de las instituciones y de las leyes que garantizan los derechos y libertades ciudadanos; la exclusión del gruesos de la población de toda iniciativa, inclusive del ejercicio de la oposición.

66.-El poder ilimitado de Señor Presidente que subordina a su voluntad unipersonal los poderes legislativos y judicial, a si como al aparato del estado en su totalidad.


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